Empecemos por la guerra que se libra por nuestras mentes y que, según muchos, estamos perdiendo. La estamos perdiendo porque los desinformadores rusos están ganando cada vez más terreno.
“En la guerra cognitiva, la mente humana se convierte en un campo de batalla. El objetivo es cambiar no solo lo que piensan las personas, sino también cómo piensan y cómo actúan. Si se lleva a cabo con eficacia, moldea e influye en las creencias y comportamientos individuales y grupales, favoreciendo los objetivos tácticos o estratégicos del agresor. En su forma más extrema, puede provocar la división y la desintegración de toda la sociedad, de modo que esta ya no tenga la voluntad colectiva de oponerse a los propósitos del adversario. El adversario puede subyugar a la sociedad de forma totalmente real sin recurrir a la fuerza o la coacción abiertas”, lo explican en el portal de la OTAN los expertos de Johns Hopkins, de la Universidad y el Imperial College de Londres.
“Rusia, considerada desde hace años líder en la conducción de operaciones de información, desinformación y psicológicas, utiliza eficazmente las nuevas tecnologías para manipular la percepción social tanto en el país como en el extranjero”, explica la Dra. Agnieszka Szczygielska en el artículo “Guerra cognitiva: fuentes y características fundamentales” (Bellona, 1/2025).
Añade: «Las narrativas promovidas por Rusia tienen como objetivo socavar la unidad de Occidente, distorsionar la realidad del conflicto (el ataque de Rusia a Ucrania) y sembrar la discordia en las sociedades democráticas».
Uno de los principales objetivos de la guerra cognitiva rusa contra Polonia es lograr que los polacos sientan aversión hacia Ucrania y los ucranianos. Estas acciones se están volviendo cada vez más agresivas.
«Tengan cuidado con la intensa operación cognitiva rusa destinada a destruir las cálidas y positivas relaciones emocionales polaco-ucranianas y avivar el sentimiento antiucraniano en Polonia», advirtió el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Polacas a finales de octubre de 2025. La publicación se titula «Vino nuevo en odres viejos», en referencia a una parábola del Evangelio.
“A lo largo de los siglos, ya se ha inventado todo en el ámbito de la propaganda hostil y la desinformación. Por eso, la situación geopolítica actual es el vino nuevo y los odres viejos son las herramientas tradicionales para crear estados de ánimo sociales y controlar por medio de ellos la toma de decisiones de los ciudadanos. El concepto de #GuerraCognitiva es nuevo, pero el abanico de acciones es el mismo; solo que ahora se han recopilado bajo nuevas definiciones y nuevas estructuras de equipos de trabajo”, escriben nuestros militares.
Y añaden: “El único objetivo de este tipo de acciones es alimentar el miedo y la sensación de amenaza en nuestra sociedad. El objetivo es dirigir las emociones hacia Ucrania: los ciudadanos polacos, deseosos de retornar a su zona de confort, podrían presionar a los gobernantes para que tomen decisiones incompatibles con la razón de Estado”.
“Se está llevando a cabo una operación psicológica rusa que despierta los temores y los resentimientos históricos de Polonia. Se está llevando a cabo una operación psicológica rusa que despierta la ira y el encono de ambas naciones entre sí”, advierte nuestro ejército.
“Recuerda: Is fecit, cui prodest, el culpable es quien se beneficia: el enemigo está en el este, y es Rusia; separar a Polonia de Ucrania facilitaría a Rusia la guerra; cualquier acción que socave el apoyo a Ucrania (acciones narrativas, emocionales) favorece a Rusia en su agresión”, se lee en la publicación del Estado Mayor.
También vale la pena recordar que Rusia está fomentando la animadversión hacia Polonia y los polacos en Ucrania. “También veo esta desinformación aquí, solo que dirigida contra los polacos”, dijo Łukasz Adamski, subdirector del Centro de Diálogo Juliusz Mieroszewski, a la agencia de noticias PAP (Agencia de Información Polaca).
Este mes concedí una entrevista a una popular emisora de radio ucraniana y participé en el programa del editor polaco Bogdan Rymanowski. Mientras revisaba los comentarios durante la grabación, vi una entrada que decía: “Adamski es un agente ucraniano, pero inteligente”. Sin embargo, debajo de la entrevista en ucraniano apareció un comentario en ucraniano, escrito desde la misma cuenta, que decía que “Adamski es un agente de los servicios secretos polacos”, añadió el entrevistado a PAP.
Redactado por Igor Hrywna

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